PEPE CÁNOVAS |
---|
A mi hermano Alejandro Me siento Dios cuando tus penas calmo y hago brotar el milagro de tu risa.
A Alejandro, deseando que no sea verdad Cuando duermo siento el miedo de tus sueños y más, tu despertar a una vida que se acaba (Y encima) soportando huecas voces de esperanzas que te hieren y te amargan ya no es sólo morir, es el dolor que aflora, compañero cruel de un fin inevitable, que te acosa. Ya cansado, viejo y solo necesito crear un mundo nuevo con el impulso de la nada abierto a una esperanza en que no creo. Pensamientos ¡Estoy ya tan lejos! Que aunque oigo tus pisadas no podrás alcanzarme. Medida del amor así tu ausencia no me inquieta. Me siento perdido en esta cordura que me enloquece. |
Colección Libros del Luthier, 2012 |