FELIPE SÉRVULO 

 

FANNY

Se ha hecho tarde,

se fue el acoso del espliego

y el aire que huele

a sierra encendida

y romería.

Pero esperaré esta madrugada

hasta las siete en punto,

luego será metal

y recuerdos rebeldes.

Por la tarde tan sólo tu retrato,

tus labios como fruta,

nubes y corazón en hilachas.

 

 

 

Fanny despliega sus manos

como el vuelo del águila,

corona la plaza,

transita los sueños

y se desgarra. Acuchilla

el aire con sus brazos.

Jadea la bulería,

se ciñe los rayos de sol

a la cintura. Revolotea

sobre nosotros,

se desliza, se quiebra

como se quiebra

la espuma sobre las rocas.

El olor a pintura,

la campana en oración

y gente que mendiga un asombro

entre las acacias.

Será que la mañana es un rito,

que la luz, silencio.

 

 

 

Bien lo sé. Recuerdo

que había dragones,

bajo nubes rojas

y oropeles. Allí

junto a tierras

de templos y árboles

ondulados y raros.

Y recuerdo

y me cuenta la memoria

el brillo de la alpaca

y la risa de los niños. Bien lo sé

que todo era falso,

que los farolillos daban luz

a un techo sin estrellas

y las ventanas miraban

a ninguna parte.

Pero veíamos el horizonte

y entrábamos en el atardecer

con la retina sorprendida

y el paladar confuso

de gelatinas y agridulces.

 

 

 

Yo también he estado allí.

Donde habitan pájaros, palmeras,

el esplendor del sol,

el azul muy brillante y los sueños

que se adentran más allá

del rompeolas.

Luego la noche llena,

frío y otros pasos diferentes

sobre el mismo suelo:

Fanny, "Devórame por cinco mil".

El malva de sus medias y la mirada

de paisajes perdidos.

Después de todo

la soledad no se detiene,

Rambla del Mar,

ni en calles como esta.

 

 

 

Debes creerme:

yo conozco otra ciudad

de apenas media luz.

De ropas como guirnaldas

en los balcones.

Historias imposibles, un cielo sin consuelo

y días que humedecen.

Yo sé que este aire fronterizo

no arrastrará olores,

ni la rancia charlatanería de los trileros.

Mujeres en los portales,

soledad y cuatro palabras pobres

que se exilian tal la vida,

camino de La Rambla.

 

 

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